7 de febrero de 2017 – Adela Cortina (Valencia, 1947) es Catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia. La valenciana clausuró el 5º Congreso Nacional de RSE, celebrado en Zaragoza. Esta catedrática es también directora de la Fundación Étnor. A continuación pueden leer la entrevista realizada a Adela Cortina sobre la ética en la educación.
Es usted una activista de la ética. ¿Qué se debe entender por ella?
La ética tiene dos metas fundamentales: hacer que las personas sean justas y felices. Y no siempre es fácil articularlas.
¿Considera que se le ha dado la espalda?
Nunca ha habido una sociedad perfectamente ética. En todas las sociedades ha habido situaciones de injusticia y personas desgraciadas. Lo importante es mirar al futuro y tratar de construir una sociedad en la que las gentes puedan ser justas y felices.
Tal vez habría que empezar por el sistema educativo. ¿Se debería potenciar más la asignatura de Filosofía?
Por supuesto. Tiene que estar en el bachillerato. Recortarla es recortar las posibilidades de que haya gentes formadas de una manera más crítica, que tengan una visión más de totalidad… Recortar la Filosofía es suicida.
Va usted a contracorriente. Defiende que la tarea de la educación es formar ciudadanos justos cuando lo que se inculca a los jóvenes es a ser competitivos.
Eso es falta de inteligencia porque se tiene más éxito con la cooperación que con la competición descarnada. La persona que sabe trabajar con otros, perseguir metas comunes y generar alianzas consigue mucho mejor sus metas que los que tratan de desalojar a todos los demás del mercado. Es mucho más inteligente generar aliados que adversarios.
Y no nos educan para eso.
Ese es el error. Hay que educar para la cooperación inteligente. Esto es lo sensato. Somos seres todos vulnerables y nos necesitamos unos a otros. Cada vez se habla más, y creo que es muy adecuado, de la inteligencia colectiva. La inteligencia individual está muy bien, pero la colectiva lleva mucho más lejos.
Usted también dirige la Fundación Étnor, que promueve la ética económica y empresarial y la responsabilidad social. ¿Cree que las compañías españolas están concienciadas con el valor de la ética en sus negocios?
A las empresas les cuesta mucho convencerse de que la ética es rentable, pero al medio y largo plazo. Quien actúa éticamente consigue que los trabajadores y los proveedores estén más a gusto y la sociedad esté satisfecha con esa empresa. Y eso genera confianza, fideliza y genera reputación.
¿No es muy optimista pensar que el ciudadano apostará por comprar en compañías con principios? ¿No debería haber antes una mayor igualdad económica?
Evidentemente a un ciudadano lo que le interesa en primera instancia es que el producto sea de calidad y que haya una buena relación calidad-precio. Por eso creo que se ahorra mucho dinero si la empresa está gestionada éticamente.
En el mundo de la política, ¿cuál es a su juicio la asignatura pendiente?
Por una parte, la incompetencia. Me parece inmoral. Creo que las gentes que ocupan determinados puestos tienen que ser competentes. También me parece una inmoralidad enorme el nepotismo, es decir, estar pensando en colocar siempre a los parientes, amigos, a los cercanos, etc. Además, normalmente, la persona a la que se coloca no tiene la competencia requerida. Y también el hecho de que las gentes piensen que los recursos públicos son para bien privado. Una cosa que me parece nefasta es la llamada economía clientelar, es decir, ese tipo de relación entre los políticos y determinados grupos a los que se les da beneficios. Y, por supuesto, me parece una inmoralidad tremenda el sectarismo, eso no es propio de una sociedad democrática.
¿Y qué es lo que le preocupa?
La crisis de los inmigrantes pobres y los refugiados políticos. Es un caso aterrador, que además va para muy largo plazo desgraciadamente. El primer reto enorme que tenemos todos los países es el de solucionar este tema. Y para eso han de ponerse de acuerdo los gobernantes. Donald Trump ha entrado como un elefante en una cacharrería y nos ha generado una situación muchísimo peor de la que había.
Publicado en heraldodesoria.es