Por Germán Granda
En octubre de 2011 la Comisión Europea presentó la Estrategia renovada de la UE para 2011-2014 sobre la responsabilidad social de las empresas. En dicha estrategia, la Comisión Europea reconoce el vínculo entre RSE y competitividad y redefine a la RSE como la responsabilidad de las empresas por su impacto en la sociedad. Por otro lado, invita a los Estados miembros a elaborar, o actualizar, para mediados de 2012, sus propios planes o listas nacionales de acciones prioritarias para promover la RSE en apoyo de la Estrategia Europa 2020, con respecto a principios y directrices de RSE reconocidos internacionalmente y en cooperación con las empresas y otras partes interesadas.
Algunos países ya se anticiparon a esa demanda. En 2010 se aprobó la National Strategy for Corporate Social Responsibility – Action Plan for CSR del Gobierno de la Republica Federal de Alemania. En ella se lanza la estrategia CSR-Made in Germany promoviendo a nivel internacional el vínculo de las empresas alemanas con la calidad de producto y el sentido de responsabilidad de la industria alemana. Antes, en 2008, el Gobierno de Dinamarca presentó su Action Plan for CSR El Gobierno se enfoca en lo que denomina una business-driven social responsibility y en los principios internacionalmente reconocidos de RSE. Destaca la aprobación por el parlamento danés de la enmienda al Danish Financial Statements Act por el cual las 1,100 empresas más grandes de Dinamarca debían incluir información sobre aspectos sociales, ambientales y de buen gobierno en su informe anual.
La RSE necesita al menos tres ingredientes. Empresas comprometidas que la integren en su estrategia y procesos, una sociedad civil que demande y premie la RSE y políticas públicas activas que formulen objetivos como país y establezcan un entorno positivo para la RSE. Comprobemos cómo están estos ingredientes en nuestro contexto y qué podemos hacer, y en qué plazos,para desarrollarlos.
Director General de Forética