Francesc Torralba
El desarrollo de las funciones propias de una organización, ya sea pública o privada, lucrativa o no lucrativa, depende, entre otros factores, de la gestión inteligente de las emociones que tienen lugar en ella. En toda organización interactúan personas con un mismo objetivo, perseguir la visión de la misma, pero sólo es posible si, además de compartir unos valores, es fundamental gobernar correctamente las emociones que se generan en la interacción entre personas.
La ética de las organizaciones tiene como fin explorar el conflicto axiológico que tiene lugar en las organizaciones y los distintos modos de resolverlo. Cuando los miembros de una organización comparten un mismo sistema de valores y participan de un alto grado de identificación con la misión de la misma, es más fácil conseguir la cohesión interna y ello tiene, como consecuencia, una mejor productividad.
A pesar, de ello, en todo colectivo humano emergen pasiones tóxicas como el miedo, especialmente en contextos de precariedad laboral y de incertidumbre económica; fluyen emociones como la envidia, los celos, la indignación, el rencor e incluso el resentimiento. Estas emociones tóxicas no nacen por generación espontánea. Tienen una directa correlación con la vulneración de ciertos principios éticos. La privación de libertad puede suscitar la indignación y la vulneración del principio de equidad puede despertar el resentimiento entre colaboradores.
De ahí la importancia de reflexionar, colectivamente, sobre la correlación entre emociones y ética en el seno de las organizaciones. Éste es el objetivo del Congreso EBEN que se celebra en la Universitat Ramon Llull el próximo 19 y 20 de junio organizado por la Cátedra Ethos de Ética Aplicada de la citada universidad. Para poder ahondar con realismo y rigor intelectual en esta temática no basta con el abordaje académico; es necesario, simultáneamente, el abordaje desde las mismas organizaciones con el fin de contribuir al necesario diálogo entre universidad y empresa y crear, de este modo, conocimiento valioso y aplicable. Mejorar la calidad de las organizaciones es absolutamente necesario para que éstas sean un verdadero factor de cambio en la sociedad y recuperen progresivamente la confianza que han perdido, muchas de ellas, por parte de la ciudadanía.
Francesc Torralba
Director de la Cátedra Ethos de la Universitat Ramon Llull