La Cátedra de Ética Económica y Empresarial de Comillas y la European Business Ethics Network-España (EBEN) organizan el vigésimo primer congreso anual de EBEN-España, que lleva por título “Construir confianza: Intuiciones y propuestas desde la ética para la empresa sostenible“. Inauguraron las jornadas el Rector de Comillas, Julio L. Martínez, SJ; la Subdirectora General de Trabajo Autónomo, Economía Social y Responsabilidad Social Empresarial, Inmaculada Gutiérrez; el Presidente de EBEN, Joan Fontrodona, y el Director de la cátedra, José Luis Fernández. En la conferencia inaugural, Stephen Young, Director de Caux Round Table, una red internacional de académicos y profesionales que promueve la economía ética, expuso los principios del “capitalismo ético”.
El Presidente de EBEN resaltó la importancia de construir la confianza, especialmente en el tiempo actual. El poder, dijo, es una herramienta para ganar y perder confianza. Un mal uso del poder destruye la confianza, y esto puede ocurrir cuando no se usa, cuando se abusa o cuando se usa injustamente, en beneficio propio. No obstante, Fontrodona hizo un llamamiento al optimismo: “Estamos aquí para construir confianza, la ética debe generar un discurso positivo”, concluyó.
José Luis Fernández expresó su agradecimiento a los comités que han hecho posible la celebración del congreso, a los colaboradores y patrocinadores, a los ponentes principales y a aquellos que han querido participar en el congreso presentando sus comunicaciones. Recordó que en la primera edición del encuentro, celebrada en 1993, también se hablaba de crisis y de la necesidad de la ética para superarla. De vuelta a nuestros días, dijo estar seguro de que saldremos de la crisis económica, pero “lo que no tengo tan claro es que salgamos de la verdadera crisis profunda, y habiendo aprendido lecciones”.
“Desde la administración pública tenemos una responsabilidad con la responsabilidad social corporativa y la ética empresarial”, comenzó la Subdirectora de Trabajo Autónomo, Economía Social y Responsabilidad Social de las Empresas. La evaluación que hace el Ministerio de Empleo y Seguridad Social de la situación de la responsabilidad corporativa en España es bastante favorable, señaló, pero es necesario seguir avanzando en este camino, porque “se ha demostrado que rentabilidad y sostenibilidad no son términos antagónicos, sino sinérgicos”. Inmaculada Gutiérrez expuso las principales actuaciones previstas por el Gobierno en este ámbito, entre las que destacó el impulso al Consejo Estatal de Responsabilidad Social de las Empresas (CERSE), la puesta en marcha del Plan Nacional de Responsabilidad Empresarial y, en un sentido más general, la estrategia de emprendimiento, porque “no hay mayor responsabilidad social corporativa que el compromiso con el empleo de calidad”.
Según el Rector, la perdida de espacio de la política respecto de la economía, el deterioro de la salud de la política y la pérdida de eficacia de las instituciones básicas han sido evidentes en los últimos años; mientras que la responsabilidad de los ejecutivos y las instituciones, el papel de los organismos internacionales o la viabilidad del sistema económico se han visto cuestionadas. “La ética tiene su hogar en la libertad que las personas ejercemos, y acaba traduciéndose en las estructuras e instituciones sociales”, afirmó. Martinez identificó tres posibilidades de análisis de la crisis: desde planteamientos técnicos, económicos y financieros; a partir de las debilidades estructurales de las instituciones políticas y financieras en un contexto de globalización ambivalente y atendiendo a las fallas de naturaleza ética, presentes en todos los niveles. “Podemos decir que ha habido muy mal uso de la libertad y mucha manipulación de la capacidad de desear y elegir”, aseguró.
“Salta a la vista que la economía tiene necesidad de la ética para su correcto funcionamiento pero, como dijo el Papa emérito Benedicto XVI, no de una ética cualquiera sino de una ética amiga de la persona”, afirmó Martínez. El Rector denunció el uso abusivo de la palabra ética en el terreno económico, “que en ocasiones enmascara decisiones contrarias a la justicia”. No obstante, aclaró, toda decisión económica tiene carácter moral, el sector económico no es éticamente neutro ni inhumano. Advirtió también del gran peligro de hablar de instituciones y estructuras, saltándose la clave de bóveda que son las personas con su conciencia y su libertad. Para Martínez, el bien común es responsabilidad de la comunidad política, pero también de la sociedad civil.
Stephen Young pronunció la conferencia inaugural, en la que explicó las bases del capitalismo ético, que debería guiar el comportamiento ético y socialmente responsable en la política, la economía y los negocios. Destacó la importancia de construir confianza, que debe ser genuina, “de corazón y espíritu”, y no un disfraz para los mercados financieros. Young llamó la atención sobre la necesidad de impulsar un cambio cultural en Europa y España, que permita situar la ética empresarial en el centro del crecimiento, ya que la economía europea no puede ser líder en otros ámbitos. La contribución de la ética será la revalorización de la economía, pero sólo si se convierte en una cultura real, y no en una mera especulación, indicó Young. Para ello, deben ponerse en práctica los principios éticos, convirtiendo ideas y valores en acciones, porque no es el momento de esperar a que otros vengan a solucionar el problema, advirtió.
El capital social debe ser la base del comportamiento económico y político, resumió el conferenciante. En este sentido, la confianza vuelve a ser fundamental, porque las personas no pueden colaborar con aquellos en los que no confían, sino que se retiran y retroceden, y el capital social se deteriora. “Adam Smith ya nos habló de la necesidad de confianza”, recordó, para agregar que “en nuestras sociedades modernas, en las que necesitamos seguridad, la fiabilidad es más importante que nunca”.
Young, que está considerado uno de los padres de la responsabilidad social corporativa, afirmó que las políticas económicas se basan en teorías que han permanecido inmutables en los últimos 50 años. En su opinión, los mercados han demostrado tener sus límites, porque no han dicho nada sobre el capital social o la confianza; sin embargo, las normas morales tienen mucho que ver con los actuales problemas económicos. ¿Por qué debemos hacer una antropología para la política y otra para el mercado?, ¿por qué una de debe ser moral y el otro no?, cuestionó. Para Young, la conciencia debe estar presente en la economía y el mundo empresarial, donde la ética no debe ser marginal o un aspecto de las relaciones públicas.
Publicado en Universidad Pontificia Comillas.