6 de noviembre de 2015 – El escándalo del fraude en las emisiones de Volkswagen es un caso “paradigmático” de “prácticas ilegales” en empresas que pone de manifiesto la “fractura ética en la cultura corporativa”, valoró el economista y sociólogo argentino Bernardo Kliksberg.
El experto en responsabilidad social corporativa subrayó que la manipulación de los niveles de gases contaminantes por parte de la compañía alemana supone un “juego desleal”, en un encuentro con un grupo de periodistas en la Embajada argentina en París.
Las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) y dióxido de carbono (CO2) han provocado un “daño” en los pulmones de los ciudadanos “difícil de cuantificar, concreto y serio”, en el que “no se pone el foco lo suficiente”, señaló.
Autor de 64 obras y asesor principal del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Kliksberg aseguró que la opinión pública está “cada vez más movilizada por la falta de ética de las empresas”, y tras lo ocurrido con Volkswagen, “va a pedir mucho más”.
Con motivo de la traducción al francés de su obra “Ética para empresarios”, el economista consideró que ante las empresas privadas se abre “una zona gris que no está prohibida por la ley pero sí por la moral” que los gobiernos “tienen que regular”.
Para corregir esta falta de regulación, cuyas consecuencias “paga la clase media”, son necesarios líderes políticos dispuestos a asumir riesgos, y citó al Papa Francisco y su encíclica medioambiental “Laudato Si” y los países nórdicos como ejemplos.
El tercer eje de la doctrina de la gerencia social es la sociedad civil, cuya acción, sumada a la de los sectores público y privado ha logrado derrotar a la industria del cigarrillo en Uruguay, dijo.
También sostuvo que en toda América Latina, el nuevo siglo inauguró una “etapa de reformas sociales demandadas por los ciudadanos”.
Aunque la crisis económica de 2007 ha impulsado la “autocrítica”, las principales escuelas del mundo todavía tienen mucho por hacer para “preparar moralmente” a sus alumnos.
Sobre la base de un reciente estudio de Credit Suisse, que sitúa el 50,4% de la riqueza mundial en manos del 1% de la población, afirmó que la sociedad atraviesa el momento de “mayor desigualdad del último siglo”.
Por ello, la responsabilidad social corporativa debe pasar de “un discurso superficial y un instrumento de ‘marketing'” a un cambio real de la empresa en la sociedad que produce ganancias y, al mismo tiempo, valor social.
Especialmente en tiempos de crisis, ya que “la prosperidad de la empresa depende de la prosperidad de la sociedad”.
En épocas de altibajos económicos, hay empresas que son capaces de “mirar más allá”, y en lugar de “reducir sus aportaciones o realizar despidos masivos, invierten en educación pública y generan pymes, que producen una mayor igualdad e inclusión” social.
Publicado en La Vanguardia