Por Ricardo Aguado
En primer lugar quiero dar las gracias a todo el equipo organizador del congreso, comité científico y organizador, y dar la enhorabuena a todos ellos.
En cuanto a la mesa, los participantes en la misma mantuvimos un intercambio fluido de opiniones en el ámbito de la gestión humanista (humanistic management). La idea principal, compartida por todos los investigadores presentes, es la centralidad de la persona dentro de las organizaciones y como agente y receptor de la actividad económica. Constatamos la necesidad de impulsar desde la academia, con nuestra fuerza y nuestras limitaciones, un cambio de paradigma para pasar del actual basado en la antropología del homo economicus hacia otro que considere a la persona como un fin en sí mismo y no como un medio para la obtención del máximo beneficio en el corto plazo.
En el transcurso de la mesa redonda se debatieron ideas y propuestas que giraban alrededor de esta premisa. Por ejemplo, la necesidad de trascender la idea de que la empresa es propiedad de los accionistas y transitar hacia un concepto de empresa en el que el conjunto de los stakeholders jueguen un papel preponderante. Como resultado de esta propuesta, discutimos si el propósito de la empresa debe ser el de maximizar el beneficio en el corto plazo.
Los participantes en la sesión estimaban mayoritariamente que la obtención de una tasa razonable de beneficio es necesaria para la supervivencia de la empresa (sostenibilidad económico-financiera), pero que la misión de la empresa en la sociedad es mucho más amplia y no puede estar atada al interés particular de un solo stakeholder. Por otro lado, la gestión de las personas en la organización y su consideración como fines en sí mismas también consumió una parte considerable del tiempo de la mesa. Concretamente se discutió la reciprocidad entre la aportación de la persona a la organización y la remuneración que ésta recibe a cambio. Esta remuneración podría tener una parte dineraria, y otra parte que busque el desarrollo integral de la persona a través de la realización de las necesidades de la pirámide de Maslow, por ejemplo.
Los participantes en la mesa pensamos que la comunidad académica tiene la responsabilidad de sembrar en los estudiantes, en la sociedad (instituciones públicas, empresas y organizaciones privadas) y en el mundo de la investigación la necesidad y la urgencia de un cambio en el paradigma organizativo de las organizaciones, para poner a la persona en el centro de las mismas.