Por Carlos M. Moreno
El lenguaje de las nuevas tecnologías acerca a expresiones como “modo” o “formato”. En nuestro smartphone, tendremos seguramente ‘en modo avión’ que es- ya saben- una posibilidad que tenemos de colocar nuestro móvil en silencio cuando se viaja en avión.
También, utilizamos ‘formato’. “¿En qué ‘formato’ vas a realizar la presentación o has trabajado el documento?”, preguntamos. Resulta curioso. A las dos palabras, si les añadimos una simple ‘ese” -“s”- nos hablan de “modos” y “formas”; “maneras”, si se prefiere.
De hecho, las formas apuntan al trasfondo de un profesional. Y, todavía más, las formas nos remiten a la ética del profesional. ¿Qué es la ética sino la manera -¿maneras?- de llevar al ‘día a día’ valores y principios de cualquier profesional? En las “maneras” de hacer, en cómo un determinado un profesional en una organización o empresa -ocupando una determinada posición y realizando una función específica-, en la manera –digo- en que lleva a cabo su trabajo diario -en la “forma”, en los “modos”- se encuentra, también, su ética.
La ética del profesional debería estar alineada, en lo posible, con los valores de la organización. Si no es así, ambos partes tienen una cuestión a resolver. Puede que no sea siempre precisamente así pero la manera en que un profesional realiza su trabajo dice –poco, mucho o nada- (ustedes ya lo considerarán) del fondo de ese profesional, por tanto, de los valores y principios que orientan la acción de ese profesional.
Estoy convencido que en las “formas” se muestra también el fondo. Y, entiéndaseme, bien. No es una cuestión de apariencias o de imagen. Es algo más sencillo pero, a la vez, más profundo. La ética atañe –claro está- no solo al ‘ser’ del profesional sino, también y sobre todo, al hacer: “Dime cómo haces y te diré qué ética demuestras trabajando”.
La ética tiene que ver además, en mi opinión, con la forma, manera o modo con que un profesional trata los asuntos de un día cualquiera, en cómo realiza su trabajo hasta en los mínimos detalles. Seguramente porque cuando se cuidan los detalles se está cerca de un trabajo muy bien hecho o de la excelencia.
En el hacer trabajando se muestra la ética del profesional. La ética se concreta a diario. Si no se hace así, se corre el riesgo de aparecer tan solo “colgada” en la página corporativa, sin duda, con una magnífica presentación pero muy alejada de la realidad de cada día.
La cuestión es dilucidar si en el modo, en el formato, se encuentra también el fondo. Mi impresión es que sí pero, igual, estoy equivocado. Sin “modos”, no hay ética, sin “formas”, hay poco fondo. Habrá que reafirmar ciertas maneras y salir del modo avión para ponerse en modos o maneras de ética con las formas propias de un buen profesional. Cuidando las formas, se muestra el fondo, ¿no les parece? ¿O ando equivocado?
Carlos M. Moreno, Profesor de Blanquerna-URL.